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Todos y todas hemos tenido en algún momento de nuestra vida el reto o desafío de afrontar un proceso de rehabilitación. Hay muchos tipos de rehabilitación y para muchos tipos de lesiones y problemas, algunas con momentos difíciles.

¿Cómo ganar esa batalla exitosamente?

En este post queremos hablar sobre lesiones agudas. ¿Y qué se considera una lesión aguda? os preguntaréis, pues una lesión aguda son las que suceden tras un accidente traumático, como una caída, un golpe o una torcedura donde se pueden producir fracturas, roturas musculares, luxaciones o esguinces, entre otros.

La primera pauta que os queremos recomendar es que el especialista detecte de forma precisa el problema que nos encontramos. El especialista nos realizará una serie de pruebas con diferentes medios y valoraciones. En ocasiones es imprescindible realizar pruebas de imagen tales como una ecografía que nos proporcione información para llevar a cabo el  tratamiento más adecuado.

De forma más estricta, durante el tratamiento debes alimentarte e hidratarte bien. Evita todo lo que puedas el tabaco, el alcohol y los alimentos ultraprocesados. Y sin duda, bebe muchísima agua.

Es importante que seas paciente, que respetes los tiempos de tu cuerpo. Y que una misma lesión puede requerir diferentes tiempo de recuperación entre unas personas y otras.  Es bueno realizar actividades suaves y sin impacto, es importante que estas actividades te las recomiende un especialista, que sepa qué tipo de ejercicios físicos son los adecuados para la lesión que tienes.

Mantén una actitud positiva durante el tratamiento y para la recuperación, volver poco a poco a la rutina con pequeños objetivos es la clave. ¡Premiate con cada logro!