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Vamos a empezar por el principio, ¿qué es la rotura de menisco? Es una lesión que rompe la almohadilla o fibrocartílago de la rodilla. Es tan importante porque es lo que sirve como amortiguador entre la tibia y el fémur. Este tipo de roturas pueden ser parciales o completas, también pueden ser longitudinales, completas, radiales o en forma de pico de loro, o incluso en asa de cubo.

Como podemos apreciar, es una rotura con múltiples opciones y por ello se hace delicado su tratamiento.

Estas roturas suelen producirse en la práctica de actividades físicas en las que se realizan giros o rebotes muy fuertes y bruscos, como por ejemplo el baloncesto, el fútbol, pádel, carreras de montaña, etc. También por el desgaste habitual de la edad, y por algunos trabajos físicos que exigen trabajo de rodillas.

¿Cómo sé si me he roto? Es un especialista el que tiene que dar el diagnóstico, pero posiblemente sentirás un dolor muy intenso tras la rotura, además de un bloqueo de rodilla que no te permitirá extender del todo tu pierna.

Si has notado esto, lo mejor es que acudas a un fisioterapeuta para empezar con el tratamiento que puede ser que use técnicas manuales para la liberación de adherencias de los tejidos de la articulación, drenaje linfático manual o mediante máquinas para evacuar el líquido inflamatorio, técnicas de electroterapia avanzada (campo electromagnético de alta intensidad, neuromodulación…) para reforzar la musculatura y muchas otras terapias y ejercicios manuales que ayudarán a que tu rotura se solucione lo antes posible, realizando un preoperatorio.

¿Practicas deportes agresivos a menudo? ¡Cuídate y fortalece tu musculatura junto con el fisioterapeuta!